PRESENTACION

Mi nombre es María Julián, he dedicado dos de mis cuatro años de formación en bellas artes hacia la investigación plástica en relación con la arquitectura. A lo largo de estos dos últimos años, en que me he especializado en el dibujo, he recurrido a ciertos ámbitos dentro de las bellas artes para llevar a cabo mis proyectos. Uno de ellos fue la película de Stalker, dirigida por Andréi Tarkovski, una película en que el espacio construido se convierte en el hilo conductor. En otros ámbitos, el espacio también es indicador de un suceso, como en la obra pictórica de Iván el Terrible y su hijo (de Iliá Repin); sin embargo, otros artistas como David Hockney trabajan la arquitectura con mayor planitud y menos dramatismo. Sin embargo, la reflexión del espacio y la materia va más allá de lo puramente visual, encontrándonos en ocasiones con textos como el libro Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, de Deleuze y Guattari, que aunque no se enfoca estrictamente en lo visto hasta ahora, trabaja hasta tal punto el plano abstracto que puede llegar a ser interpretado y aplicado casi libremente. En lo que se refiere al dibujo tengo un especial interés hacia el minimalismo, a la par que una tendencia hacia el dramatismo, de hecho una canción que me interesa en especial por tener esta cualidad es La Cabalgata de las Valkirias, de Richard Wagner.  

¿Por qué me interesa la arquitectura?

Mi interés hacia la arquitectura (considerada una de las bellas artes) viene con anterioridad a mi formación en Salamanca, que considero complementaria. Sin embargo, estos años me han permitido comprender la importancia de la arquitectura dentro de las sociedades, y como estas últimas se reflejan tan vívidamente a través de esta disciplina. Un proyecto en el que me he apoyado en numerosas ocasiones y es reflejo de su tiempo (aunque no se llevó a la práctica), es Nueva Babilonia de Constant Anton.